13.9.2007
Los internautas seguimos apoyando a la SGAE
Creemos que uno de los principales problemas al que nos enfrentamos los internautas cuando hablamos de canon reside en nosotros mismos. Probando que el discurso de la SGAE y otras entidades de gestión cala con fuerza, leemos gracias a Meneame que todavía hay mucha gente que cree que la copia privada realizada gracias a Internet es, o puede ser, sinónimo de piratería.
Lo hacemos de manera un poco inconsciente y se puede observar en muchos sitios cuando los términos canon y presunción de inocencia o presunción de culpabilidad van unidos.
Aunque no lo creamos, cuando nosotros mismos empleamos esa terminología estamos dando nuestro apoyo a las tesis más radicales de la SGAE que consideran piratería todo aquello que se haga en Internet sin pagar.
Todavía no hemos comprendido que el canon compensa un acto perfectamente legal y plenamente legítimo como es la copia privada, una excepción al derecho de los autores a impedir la copia de sus obras bajo determinadas circunstancias. De hecho, no cabría en nuestra legislacion, que si este acto fuera ilícito fuera compensado mediante el pago preventivo de lo que muchos internautas considera una multa.
Si bien es cierto que la SGAE interiormente sí pretende beneficiarse de lo que en un doble juego considera ilícito, no es menos cierto que para que sus ingresos por este concepto sigan aumentando ha de defender la existencia y vigencia de la copia privada. En este ejercicio han logrado reducir la licitud de la copia privada a límites ridículos, sí, pero que no impiden que los internautas podamos considerar la mayor parte de nuestras copias como privadas. Privadas, luego legítimas. Por este hecho el canon que se paga no presupone desde un punto de vista legal una presunción de culpabilidad como apuntan muchos, sino una legitimación de una figura contemplada desde la ley de la propiedad intelectual.
Para que el debate se sitúe en sus justos términos hay que, por lo tanto, abrir un debate sobre cual ha de ser la mejor forma de compensar a los autores, o más bien, si esta compensación tiene sentido alguno en el entorno digital que estamos empezando a experimentar.
Porque al final el debate se debería desarrollar a un nivel correcto que establezca algunas premisas que se están olvidando gracias a la confusión de términos por las que los internautas creen que hacen algo ilícito pero como pagan pueden hacerlo. No somos piratas, no nos cansaremos de decirlo, y saldremos a la palestra cuando haga falta. El problema lo tiene la industria del entretenimiento, y es un problema que no deberían pagar los ciudadanos. Se imponen nuevos modelos de gestión, nuevos modelos de negocio, nuevas formas de distribución. La compensación, el subvencionismo no dejan de ser parches para un problema que han provocado las propias industrias y han alimentado las propias entidades de gestión como SGAE y compañía.
Y no. No somos piratas, pero millones de ciudadanos realizando copias legítimas estamos subvencionando con un canon sobre dimensionado a unos pocos autores y auto denominados artistas que dañan peligrosamente a sabiendas o no, el desarrollo de la era digital en un país, España, con un gravísimo problema de competitividad a nivel de tecnología.